Esta técnica no es dolorosa y aporta efectos terapéuticos comprobados como:
Aumento del riesgo sanguíneo.
Efecto analgésico.
Relajación muscular.
En medicina estética se utilizan diferentes aparatos de ultrasonidos para el tratamiento de:
Celulitis.
Acumulaciones de grasa localizadas.
Edemas.
Cicatrices.
Los ultrasonidos también activan el drenaje linfático y la permeabilidad de la piel, por lo que pueden ser utilizados para un proceso que se denomina sonoforesis y que permite potenciar la acción de medicamentos que se aplican por vía tópica. La eficacia de este proceso dependerá del grado de hidratación de la piel, la edad del paciente y la presencia de ácidos grasos, por lo que esta técnica será menos efectiva cuanto mayor sea la edad del paciente
Los ultrasonidos se transforman en calor, lo que causa la dilatación de los folículos pilosos y las glándulas sudoríparas y un incremento del riego sanguíneo de la zona a la que se aplican. Esto hace que los activos que se utilizan en el tratamiento de la celulitis y las arrugas penetren mejor y por tanto sean más eficaces.
Los ultrasonidos están contraindicados en personas con marcapasos y mujeres embarazadas y nunca deben aplicarse sobre los ojos o los testículos.
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